Por
Jim Mattison
“Hay
un pecado no de muerte” 1 Juan 5:16,17, KJ
Los “pecados no de muerte” son condicionados por la piedad y el perdón de nuestro Dios y Su Mesías, basado en nuestra verdadera pena por cometerlos, y nuestra resolución para, con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo, no cometerlos otra vez. Hay una lista de estos “pecados no de muerte” en 1 Corintios 6:9-10: fornicarios, idólatras, adúlteros, afeminados, homosexuales, ladrones, codiciosos, borrachos, hechiceros, y estafadores (NAS). Sabemos que estos pecados se pueden perdonar porque Pablo inmediatamente dice, “Y tales eran ustedes, pero ya son lavados, justificados y santificados en nombre de Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.”
Los “pecados no de muerte” son condicionados por la piedad y el perdón de nuestro Dios y Su Mesías, basado en nuestra verdadera pena por cometerlos, y nuestra resolución para, con la ayuda de nuestro Señor Jesucristo, no cometerlos otra vez. Hay una lista de estos “pecados no de muerte” en 1 Corintios 6:9-10: fornicarios, idólatras, adúlteros, afeminados, homosexuales, ladrones, codiciosos, borrachos, hechiceros, y estafadores (NAS). Sabemos que estos pecados se pueden perdonar porque Pablo inmediatamente dice, “Y tales eran ustedes, pero ya son lavados, justificados y santificados en nombre de Señor Jesucristo, y en el Espíritu de nuestro Dios.”
Este
es un pasaje de la Biblia muy importante para aquellos que quieren ser
verdaderos cristianos. ¿Pero quienes de nosotros son sin pecado? ¿Cuál de
nosotros es completamente perfecto? Esto es ridículo. Nadie, por supuesto. Hubo
SÓLO UN HOMBRE perfecto, el propio Señor Jesucristo. Así es cómo se podría
hacer el sacrificio a favor de nuestros pecados. ¡Nos puede salvar! Nosotros no
podemos salvar a nadie. Podemos enseñar a nuestros hijos y otros los caminos de
Dios, pero cada individuo sólo se puede salvar creyendo el evangelio del Reino
de Dios y el nombre de Jesucristo, arrepintiéndose, luego bautizándose en Cristo
para la remisión de pecados y siguiendo ppuna vida cristiana llena del
espíritu, fiel a Dios hasta la muerte. ¡Ah, la maravillosa gracia de Dios!
Ahora,
por otra parte, hay “un pecado de muerte. ” Jesús lo dijo muy claramente en
Lucas 12:10: “Cualquiera que hablare en contra del Hijo de hombre (Jesús), será
perdonado; pero él que blasfema contra el Espíritu Santo, no será perdonardo.”
Mateo añade, “Ni en esta edad, o en la edad para venir. ”. Esto es serio,
gente. ¡El pecado contra la santidad de Dios, Su persona, Su grandeza, el hecho
que Él y solo Él es DIOS, Él solo es Todo-sabio, Todopoderoso, dueño de todas
las cosas en el cielo y en la tierra — hasta de nosotros los mortales, cada uno
de nosotros — es imperdonable!
Es el
tonto que ha dicho en su corazón, “No hay Dios. ”. Para complacer a Dios y
“venir a Él,” “debemos creer que él es, y que es galardonador de aquellos que
le buscan” (Heb. 11:6).
Creer
en DIOS que nos hizo, nos sostiene y nos promete una futura vida eterna en Su
reino que Jesús establecerá aquí en la tierra en Su llegada tiene que ser la
misma fundación de nuestras vidas. Sin esta fundación no nos podemos salvar.
¡Gloria a Dios! ¡Alabe su nombre! ¡Agradézcale! ¡Póstrese ante Él!.
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