POR APOLOS: QUE ES EL ESPIRITU SANTO?
La doctrina de la trinidad está presente en todas las
iglesias cristianas. Incluso las más reformistas, como por ejemplo, los
Adventistas. Pese a su iluminación inicial que les llevó a entender
correctamente cuestiones como la condición de los muertos y la segunda venida
literal y visible de Jesús, en cuanto a la trinidad, en la década del 30
claudicaron ante la presión del Concilio Mundial de Iglesias y la abrazaron
como un credo central.
De hecho los adventistas están entre los trinitarios
mas acérrimos que conozco. Ni siquiera los evangélicos suelen defender la
trinidad con tanta saña como los adventistas.
La trinidad es una hipótesis que afirma resolver
algunas cuestiones planteadas en la Biblia. Básicamente, el hecho de que a
Jesús se le llame Dios un par de veces siendo que por otra parte la escritura
afirma que Solo hay UN DIOS. Como explicación, los trinitarios ofrecen que dado
que Jesús es llamado Dios y su Padre también, Jesús y su Padre son los dos
Dios. Pero no pueden ser dos, porque si no habría dos dioses. Entonces dicen
que en realidad son uno. Y para rematar añadieron al espíritu santo, punto
sobre el cual nos referiremos aquí.
Para simplificar, está claro para cualquiera que lea
las escrituras, que no solo Jesús es llamado Dios en la Biblia. Moisés, los
príncipes de Israel, e incluso el Diablo son llamados DIOS en los textos
sagrados. Esto no es nada raro. Porque Dios, es un título, y la propia Biblia
en la 1 carta de Pablo a los Corintios capítulo 8 aclara perfecta y claramente
la diferencia entre aquellos que “son llamados dioses” y el “único que
realmente es Dios, es decir el Padre”. Es decir, los cristianos reconocemos que
muchos (incluyendo a Jesús) tienen el título de “Dios”. En el caso de Jesús es
legítimo y es un título otorgado por su Padre el Único Dios por naturaleza, el
Supremo. Jesús siendo hombre, siendo humano, a pesar de ello es llamado Dios,
es NUESTRO Dios en el sentido que es nuestro gobernante en contraposición al
mundo que tiene por Dios al Diablo, el “dios de este mundo” como gobernante. En
el caso del diablo y otros, el título de “Dios” es ilegítimo. Ellos se hacen
llamar así o sus seguidores así los llaman.
Ahora bien.. ¿Qué sucede con el espíritu santo? Para
los trinitarios “espíritu santo” es un nombre propio al parecer. El nombre de
una tercera persona de una deidad compuesta de tres personas. Afirman que el espíritu
santo es Dios en el sentido que tiene plenipotencia, plenisapiencia y
pleniciencia igual que el Padre y que el Hijo. La cosa se complica más, porque
Jesús es una persona, igual que su Padre, Yahweh. Pero en el caso del espíritu
santo, si leemos las escrituras notaremos algo extraño: el espíritu santo no es
una persona. Figurativamente se dice que gime, que se contrate, y que hace
muchas cosas. Pero también dice la Biblia que la sangre de Jesús “habla” y la
sangre de Jesús no es una persona. Así que la personalización, como recurso
literario en algunas ocasiones no debe ser tomada como literal. La idea de que
el espíritu santo era un ser separado del Padre era ajena al pensamiento judío
y cristiano del primer siglo.
No hay UN SOLO TEXTO QUE DIGA QUE EL ESPIRITU SANTO ES
DIOS. ¿No es esto extraño? De hecho: búsquen en la Biblia. Si encuentran un
texto que diga que “el espíritu santo es Dios” , me lo envían y con gusto a
quien me lo envíe le daré una recompensa de 10.000 dólares en efectivo. Me
comprometo públicamente a pagar por ese texto, sea del antiguo o nuevo
testamento. Debe ser claro y afirmar sin rodeos que existe un Dios llamado espíritu
santo. Debe decir que el espíritu santo es Dios.
.
No lo van a encontrar. Pero acá es donde los
trinitarios me citan el viejo caso de Ananías y Zafira… antes que se apresuren
por el dinero, les quiero pedir que lean bien el episodio del libro de Hechos.
Jamás se dice que el espíritu santo es Dios. Se dice que Ananías y Zafira
mintieron al espíritu santo y en otro texto se dice que engañaron, no a los
hombres, sino a Dios. Es decir, lo que afirma el episodio no es que ambos
conceptos sean lo mismo. Lo que afirman es que LA ACCIÓN ES LA MISMA. Es decir:
la analogía es que MENTIRLE AL ESPIRITU SANTO, es lo mismo que MENTIRLE A DIOS.
Los trinitarios parecen no tener la menor noción de literatura.
Si yo mando a mi hijo a hacer un mandado y el
almacenero le miente, me miente a mí. Le está mintiendo a mi hijo, claro. Pero
en realidad es lo mismo que si me mintiera a mí. Pero en el caso del espíritu
santo ni siquiera hay involucrada una persona. El espíritu santo, no es una
persona: es la energía de Dios. Es la fuerza de Dios. Es parte de Dios, es una
parte de su naturaleza. Dios tiene una mente, tiene sentimientos, tiene
sabiduría, amor y tiene un espíritu que lo anima y cuyo poder llega a todo el
Universo. Ese espíritu es lo que la Biblia llama “el espíritu santo”. Es muy
claro.
Entonces… ¿mentirle al espíritu santo es mentirle a
Dios?
Vamos a ver un caso común. Yo soy Apolos. Tengo una
mano derecha. Con esa mano hago cosas, muevo cosas, creo cosas. Mi mano , no es
una persona. Es una parte de mí. Mi mano no piensa: el que piensa soy yo. Pero
si alguien me pegara en la mano… ¿acaso no podría decir “le pegaron a Apolos”?
Claro. Pegarle a mi mano, es pegarme a mí.
De hecho al ser mi mano, parte de mí, podría decirse de
mi mano “esto es Apolos” es decir, es parte de mí.
Con el espíritu santo sucede exactamente lo mismo: si
Dios mediante su espíritu santo (pues es impensable que lo haga el
personalmente) dirige a una persona, y alguien le miente a esa persona, le está
mintiendo al espíritu santo. Y por tanto le está mintiendo a Dios.
Si alguien blasfema contra el espíritu santo (un pecado
imperdonable) un blasfema contra Dios, porque el espíritu santo es de EL, del
Padre. De hecho en las escrituras aparecen los términos “espíritu de Dios”,
“espíritu de Yahweh” y “espíritu santo”, así como “dedo de Dios” y significan
lo mismo: no una persona, sino una fuerza que proviene de Dios.
Asi que el famoso cuento de Ananías y Zafira , el único
argumento en toda la Biblia que tienen los trinitarios para afirmar que el espíritu
santo es Dios, es totalmente falso. En ninguna parte ese texto afirma cosa semejante:
repito, lo que el texto compara es la acción de mentir, al espíritu de Dios y a
Dios mismo. Dice que mentirle al espíritu de Dios, es lo mismo que mentirle a
Dios. Esa es la lección. Punto. No hay ninguna doctrina de la trinidad y
afirmar que en ese episodio se deja establecida la deidad de una tercera
persona, es afirmar que Dios dejó una parte central de la revelación oculta en
un oscuro pasaje que solo puede ser entendido retorciendo todas las normas
literarias conocidas.
Si alguien me pisa… en realidad pisa mi pie. Pero yo
digo “me pisaste a mí”. Pisar mi pie, es lo mismo que pisarme a mí.
Si alguien le miente a mi secretaria para llevarse algo
de mi oficina… le mintió a mi secretaria. Pero es lo mismo que mentirme a mí en
ese caso, pues se llevó algo de mi oficina. Me lo hizo a mí, no a mi
secretaria. Mi secretaria era el agente entre yo y la persona que le mintió.
El caso es claro para el que lo quiere ver hermanos.
No hay trinidad en la Biblia. No hay tercera persona de
la deidad en la Biblia. Hay la maravillosa e interminable fuerza de Dios que
creó el universo, su Espíritu Santo.
Shalom!
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ResponderEliminarLee Juan 4:24 querido hermano. Espero mi recompensa ��.
ResponderEliminarOtro texto que hace referencia al Espiritu (con mayúscula) es Hechos 8:29-39. Hermano tenemos la pablabra profética más segura que no es de interpretación privada pero la biblia dice que la suma de tu palabra es la verdad. Si tu interpretación no se contradice en toda la biblia, que bien sabes que sí se contradice , entonces será verdad. Si no quieres aceptar la trinidad bueno entonces no te bautices en el nombre del Padre ni del Hijo ni en el Espíritu Santo y listo. No seas la cizaña en el trigo o el lobo disfrazado de oveja tratando de confundir a los demás.
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