«La Gracia no requiere de
muletas o de prótesis humanas (las obras de la Ley Antigua y
obsoleta) para ser factible en el cumplimiento de todos los
propósitos que incumben a la dispensación última y que serán
culminados, tarde o temprano, por el Dios Todopoderoso y Soberano
que hizo los cielos y la tierra, y que gobierna la gloriosa
Eternidad donde mora».
Cuando el Señor resucitó (Mr.
cap. 16) buscó deliberadamente «el primer día de la semana» para
ministrar a sus discípulos:
1. A María, en ese día de resurrección por la mañana (Mt.28:8-10; Mr. 16:9; Jn 20:11-18).
2. Los discípulos de Emaús (Lc.24:13-33; Mr. 16:12-13).
3. A Simón Pedro (Lc. 24:31-35).
4. A todos los discípulos (Mr. 16:14-18; Lc. 24:36-44: Jn. cap.2).
El sábado fue una Señal Para
Israel (Ex.31:17).
El libro de Hebreos habla de la
desaparición de lo Viejo Pacto, que es la Ley, y con él, el
cuarto mandamiento también dejó de ser: «La Ley fue invalidada
por la Gracia, por el Nuevo Pacto» (2 Co. cap. 3).
En Heb. 8:13 dice:
«Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece está próximo a desaparecer»
¿Cuál es la finalidad de «guardar el sábado»?, ya que ni en el Concilio de Jerusalén (Hech. cap. 15) se menciona como una ordenanza. ¿Alguien podría explicarlo sensatamente? Es muy extraño que muchos sigan aferrados, con pasión no menuda, en algo que no se encuentra formalizado en el Nuevo Testamento como un mandamiento a seguir, y me refiero a guardar «el día de reposo». La Gracia, es el Nuevo Pacto, y Jesucristo fue el fin de la Ley pasada o Pacto Antiguo (Léalo por favor en Ro.10:4).
En Heb. 8:13 dice:
«Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece está próximo a desaparecer»
¿Cuál es la finalidad de «guardar el sábado»?, ya que ni en el Concilio de Jerusalén (Hech. cap. 15) se menciona como una ordenanza. ¿Alguien podría explicarlo sensatamente? Es muy extraño que muchos sigan aferrados, con pasión no menuda, en algo que no se encuentra formalizado en el Nuevo Testamento como un mandamiento a seguir, y me refiero a guardar «el día de reposo». La Gracia, es el Nuevo Pacto, y Jesucristo fue el fin de la Ley pasada o Pacto Antiguo (Léalo por favor en Ro.10:4).
La Biblia no menciona jamás que
los discípulos hayan sugerido de un modo u otro
«guardar el sábado»; tampoco el Señor
Jesucristo. Nada hay escrito en los libros neo testamentarios que
diga algo con relación a esto.
El sábado fue sólo a Israel de
acuerdo al Antiguo Testamento. Dios reveló toda la creación
primera en el libro inicial del Pentateuco al pueblo escogido de
la Ley Mosaica, creación que ahora se encuentra caída a causa del
pecado (Gn. cap.1; cap.3). Dios terminó su obra constructora del
universo y en «el séptimo día» reposó
(Gn.2:2). Dios ordenó guardar a Israel (únicamente a él y no a
los «goyms» o gentiles) «el
día de reposo» para que lo celebrara de
«generación en generación», y cuando se
refriere al «pacto perpetuo» en el
vetero testamento, significa que es estrictamente limitado en su
tiempo pero de largo plazo a la vez (ver Ex.31:16). La abolición
del «día de reposo» fue por medio la
Gracia Divina (2 Co. cap.3); «el día de
reposo» no es para el creyente nacido bajo su
jurisdicción: «El día de reposo»
trascendió en un momento dado como resultado del la creación
antigua que parte de un acto de la voluntad de Dios pero que fue
maldecida y por ende corrompida por la desobediencia del hombre
edénico (Gn3:14). «La tierra estaba maldita cuando
Israel (a pesar de. . .) recibió el mandato de guardar el día de
reposo». Bajo la Ley, fue posible llevarlo. Bajo la
Gracia, es totalmente obsoleto y absurdo observarlo.
Ahora, el cristiano espera en la
«Nueva Creación» que es futura, en los
«cielos nuevos y tierra nueva donde mora la
justicia» (2 P.3:13). La tierra caída actual no
tiene nada que ver con el cristiano que ha creído en el Hijo de
Dios porque su naturaleza es inherente con la maldad del pecado
básico y antiquísimo. Dice en Ro.8:21 que «también la
creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a
la libertad gloriosa de los hijos de Dios». Esa es
la razón del la ineptitud del «día de
reposo», cuyo sentido es contrario al carácter de
Gracia salvadora. ¿Debemos celebrar el «día de
reposo» estando bajo la Gracia, aún a sabiendas qué
es el resultado de una creación qué fue pura y diáfana en un
principio pero qué desgraciadamente se tornó mortal y corrupta?
El trastorno cosmológico por causa del mal espiritual se dio. Con
todo el peso del terrible suceso, el
«reposo» fue dado a Israel para que lo
honrara. Bajo la Gracia, el tema es diferente. Bajo la
perspectiva de la Gracia, el giro es de 180º visiblemente. Es
claro que el «día de reposo» no procede
en función para los redimidos por la Gracia como fue con el
Israel de Dios en aquella época. Es una completa pérdida de
tiempo para quien lo consienta a consumarlo en la
práctica.
Es cierto que Dios a través de
Isaías revela proféticamente a Israel «los cielos
nuevos y la tierra nueva», pero el fundamento de
esta profecía que se encuentra en el capítulo 66, versículo 21
del libro del profeta mesiánico del Antiguo Testamento es
puramente escatológico, libre de toda Ley. Recordaremos que
«Dios separó la pared intermedia para unir gentiles y
judíos para hacer de ellos dos, un pueblo único: la
Iglesia» (Ef.2:14). Is.66:21 posee una visión
extremadamente lejana, más allá de la dispensación de las
Piedras, y que corresponde a la era post milenaria
(Ap.cap.21).
Por terminar, navegando en mi
«barquita con radar» por la Web,
encontré los siguientes testimonios de gran importancia que
fueron escritos por algunos de los Padres Cristianos Primeros de
la Iglesia, dando certidumbre al rechazo abierto de
«guardar el sábado» por «el
primer día de la semana» que es el domingo:
Aprobado y guardado desde tiempos pasados para la gloria de Dios,
por la resurrección de su Hijo Jesucristo:
"Por último, les dice: Vuestros
novilunios y vuestros sábados no los aguanto. Mirad cómo dice: No
me son aceptos vuestros sábados de ahora, sino el que yo he
hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el
principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo.
Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo con
regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos
y, después de manifestado, subió a los cielos" Epístola de
Bernabé 15:8)
"Los que vivían según el orden
de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observando
ya el sábado, sino el día del Señor (domingo) en que nuestra vida
es bendecida por Él y por su muerte" (Ignacio de Antioquia, a los
Magnesios 9:1)
"Ya no mandará guardar un día de
descanso al que todos los días observa el sábado, es decir, al
que rinde culto a Dios en el templo de Dios que es el cuerpo del
hombre y practica siempre la justicia" (Ireneo de Lión,
Demostración de la predicación Apostólica 96)
"Nos reunimos todos el llamado
día del sol (el domingo) porque es el primer día de la semana,
después del sábado judío, en que Dios, sacando la materia de las
tinieblas creó el mundo; y ese mismo día Jesucristo nuestro
Salvador resucitó de entre los muertos" (Justino Mártir,
Apologético 1:67)
"...y asimismo, si nos damos a
la alegría el día del sol (el domingo), por razón muy distinta
que la de tributar culto al sol, seguimos en ello a los que
designan el día de Saturno (el sábado) a comer y descansar, sin
seguir por ello la costumbre judía que desconocen (de guardar el
Shabat)..." (Tertuliano, Apologético. Cap. XVI).
Dios les bendiga hermanos y
amigos que nos visitan.
Dr. Javier Rivas Mtz (MD)
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