La visión del valle de los huesos secos, es una visión profética que a diferencia de una señal o parábola, muestra un acontecimiento que de cierto sucederá. Aquí se describe el proceso de la resurreción para los fieles israelitas del AT y para el Israel de Dios al que se unió el gentil redimido.
Este capítulo revela con detalle la transformación que tendrá la osamenta (aún el polvo) del muerto siendo regenerado milagrosamente por Dios hasta ser un cadáver con carne fresca y el punto final de la resurrección que es el ingreso del espíritu de vida que fue exhalado al morir.
Los maestros o rabinos de Israel nunca entendieron que el hombre era un alma invisible e inmortal, tampoco entendieron una resurrección donde un alma en el cielo se reviste de carne o el almita vuela desde el cielo para meterse en el cuerpo. Simplemente entendieron según leyeron en la Escritura. Que el hombre es como hierba, y la gloria del hombre como la flor del campo, sólo polvo de la tierra.
Note el proceso de la resurrección en Ezequiel 37
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y LOS HUESOS SE JUNTARON cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí TENDONES sobre ellos, y la CARNE subió, y la PIEL CUBRIÓ por encima de ellos; PERO NO HABÍA EN ELLOS ESPÍRITU. Y me dijo:Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu:Así ha dicho Jehová el Señor:Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y ENTRÓ ESPÍRITU en ellos, y VIVIERON, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
La resurrección de los dos testigos nos enseña que la doctrina fue entendida de la misma forma por Juan el apóstol Apocalipsis 10:9
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán SUS CADÁVERES por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio ENTRÓ EN ELLOS EL ESPÍRITU DE VIDA ENVIADO POR DIOS, y SE LEVANTARON sobre sus pies.
SIempre es el espíritu de vida es el que da vida al cadáver, y su entrada en el cuerpo es su diferencia. Nunca una mención del concepto platónico de un alma inmortal. Es precisamente en este contexto que la parábola del rico y Lázaro debe ser interpretada, no en ideas preconcebidas heredadas del catolicismo.
Los maestros o rabinos de Israel nunca entendieron que el hombre era un alma invisible e inmortal, tampoco entendieron una resurrección donde un alma en el cielo se reviste de carne o el almita vuela desde el cielo para meterse en el cuerpo. Simplemente entendieron según leyeron en la Escritura. Que el hombre es como hierba, y la gloria del hombre como la flor del campo, sólo polvo de la tierra.
Note el proceso de la resurrección en Ezequiel 37
Profeticé, pues, como me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y he aquí un temblor; y LOS HUESOS SE JUNTARON cada hueso con su hueso. Y miré, y he aquí TENDONES sobre ellos, y la CARNE subió, y la PIEL CUBRIÓ por encima de ellos; PERO NO HABÍA EN ELLOS ESPÍRITU. Y me dijo:Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu:Así ha dicho Jehová el Señor:Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y ENTRÓ ESPÍRITU en ellos, y VIVIERON, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo.
La resurrección de los dos testigos nos enseña que la doctrina fue entendida de la misma forma por Juan el apóstol Apocalipsis 10:9
Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán SUS CADÁVERES por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados. Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra. Pero después de tres días y medio ENTRÓ EN ELLOS EL ESPÍRITU DE VIDA ENVIADO POR DIOS, y SE LEVANTARON sobre sus pies.
SIempre es el espíritu de vida es el que da vida al cadáver, y su entrada en el cuerpo es su diferencia. Nunca una mención del concepto platónico de un alma inmortal. Es precisamente en este contexto que la parábola del rico y Lázaro debe ser interpretada, no en ideas preconcebidas heredadas del catolicismo.
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